En cuanto a la gastronomía, la palma se la lleva, sin duda, el reconocido chorizo, de renombre universal. También la morcilla de Espejo es inigualable. Ambos productos resultan insustituibles en la dieta espejeña y los visitantes los solicitan con avidez. La confitería, por su parte, está representada por el laborioso cuajado, a base de almendras, azúcar, tocino, huevos y canela, o los hojaldres, de manteca y harina, así como los clásicos pestiños para Semana Santa, los “bichitos” las magdalenas y los mostachones de cuidadísima elaboración.